Por Edy Cuellar, promotor del turismo, expresidente de la Cámara de Comercio del Cusco
En el corazón de la región turística más emblemática del Perú, el Cusco, se yergue un problema que a reverberado no solo localmente, si no a nivel nacional e internacional: La Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (Corpac) ha ido una fuente constante de problemas que han minado la confianza en la infraestructura aeroportuaria y afectando gravemente tanto el turismo como a los negocios.
Los errores y fallos operativos de Corpac han causado estragos incalculables en la industria turística cusqueña. Desde incidentes de seguridad hasta la falta de mantenimiento adecuado, cada problema ha dejado una marca indeleble en la reputación del país como destino turístico seguro y confiable. En un momento crucial de reactivación post pandemia, tales contratiempos representan un revés significativo para los esfuerzos de recuperación económica.
El turismo es el motor económico del Cusco y la dependencia del aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en Lima como puerta de entrada al aeropuerto Alejandro Velazco Astete, es crucial. Además, las estadísticas reflejan un panorama sobrio: según el Centro de Estudios Empresariales de la Cámara deComercio del Cusco, la actividad turística en la región apenas ha alcanzado el 60% de los niveles prepandemicos. Los errores de Corpac han exacerbado esta situación, al desalentar a viajeros nacionales y extranjeros por igual.
Pero el impacto nefasto de Corpac no se limita al turismo. La economía cusqueña, que abarca sectores clave como la minería, el gas y la agricultura, ha sufrido un golpe considerable. La quinta economía del país se ha visto obstaculizada por la falta de eficiencia y responsabilidad de una entidad pública que debería garantizar un servicio de calidad y seguridad en sus operaciones aeroportuarias.
Fuente: Revista Comex Perú
https://www.comexperu.org.pe/upload/articles/revista/junio2024/index.html#p=31
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